¿Cómo funciona una central hidroeléctrica?

El principio de la hidroelectricidad es sencillo. Se trata de colocar una rueda de paletas, conectada a un generador, en una corriente de agua, en su larga ruta desde la nubes al mar. El giro de la rueda movida por la corriente se convierte en electricidad, como sucede en los aerogeneradores. Este sistema se usó en las antiguas "fábricas de luz" que abastecían de electricidad a los pueblos.

Ilustración: David Pareja (larutadelaenergia.org)

Un paso más se dio cuando la construcción de presas permitió almacenar millones de toneladas de agua en depósitos que se pueden vaciar a voluntad, produciendo electricidad en el proceso. De esta forma, ya tenemos una central hidroeléctrica, que podemos arrancar o parar a voluntad... siempre que haya agua en el embalse.

Si construimos un embalse secundario aguas abajo del principal, podemos mejorar el funcionamiento de la central. El agua retenida en el embalse inferior puede ser bombeada al embalse superior, aprovechando la electricidad sobrante en las horas de bajo consumo por parte de los abonados. Este sistema independiza todavía más el funcionamiento de la central de la pauta de lluvias de la comarca.

Actualmente en España, existen millares de centrales hidroeléctricas, unas pocas muy grandes (hasta de 1.000 MW de potencia) pero la mayoría pequeñas. Durante la mayor parte del siglo XX, la mayoría de la electricidad que se consumía en nuestro país procedía de la fuerza del agua. Salvo en situaciones muy especiales, no es un tipo de energía que se pueda usar directamente para abastecer una casa.